Entrevista Doctora Gloria Bueno

 
 
 
Doctora Gloria Bueno

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Dra. Gloria Bueno Lozano, Endocrinología Pediátrica. Hospital Clínico Universitario “Lozano Blesa” de Zaragoza.


1.- Breve historia profesional y académica, previa, a su incorporación a GENUD

Me licencié en 1985 y logré el Doctorado en Medicina por la Universidad de Zaragoza, en el año 1991. Desarrollé la especialidad en Pediatría y sus áreas específicas por oposición de MIR (Médico Interno de Residente). 

En 1990, me contrataron como Adjunto Facultativo Especialista de Área (FEA) en el Hospital Universitario San Carlos de Madrid. Colaboraba, además, en el ámbito de la docencia en el Departamento de Pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid. A lo largo de estos años, establecí contactos con el grupo de Endocrinología de Adultos del Hospital, gestionado por Miguel Ángel Rubio, que es miembros destacado de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO). Asimismo, realicé una breve estancia en Children´s Hospital of Philadelphia (EEUU), concretamente en la Unidad de Enfermedades Metabólicas porque estaba interesada también en el manejo nutricional y valoración de la composición corporal de niños con ese tipo de enfermedad crónica. 

Durante el tiempo que estuve en la Universidad Complutense de Madrid realicé un Máster en Endocrinología Pediátrica y en el año 2000 vine a Zaragoza, donde me incorporé al grupúsculo que conformó el origen de GENUD, que en esos momentos estaba trabajando en el Proyecto de Investigación HELENA, sobre hábitos de alimentación en la población española. A partir de este momento, empecé a trabajar, sobre todo vinculada a la Sanidad Pública, en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa y, concretamente, en el área de endocrinología pediátrica. 

Posteriormente, aprobé por oposición el título de profesor titular de Pediatría en la Universidad de Medicina de la Facultad de Zaragoza. En ese momento contacto con GENUD y paso a formar parte y colaborar con las líneas de investigación del Grupo. 


2.- ¿Cuál es su área de estudio e investigación dentro del grupo de investigación Growth, Exercises, Nutrition and Development (GENUD)?

Fundamentalmente, me dedico a la parte de nutrición clínica y de riesgo metabólico. Como endocrinóloga pediátrica estoy especializada en poblaciones de riesgo nutricional y metabólico asociado a niños pequeños que están sometidos a tratamientos hormonales como puede ser el tratamiento del déficit de hormona de crecimiento. En un futuro, posiblemente aborde la relación y la educación nutricional en familias que tienen un riesgo importante, sobre todo, con madres/padres sometidos a la cirugía metabólica de la obesidad.


3.- ¿Cuáles son las líneas científicas más relevantes que se han llevado a cabo en su etapa como responsable de esta sección?

Hemos profundizado en los aspectos de síndrome metabólico y de resistencia a la insulina en niños con obesidad infantil, en edades comprendidas entre los seis años hasta la segunda década de la vida. También hemos desarrollado ensayos clínicos de tratamientos farmacológicos o dietéticos, encaminados a ver el riesgo metabólico en niños con obesidad en el mismo rango de edades que los anteriores.


4.- ¿Qué acogida tienen las actividades que desarrolla su departamento por parte de la sociedad, en general?

La acogida ha sido excelente, porque la prevalencia de la obesidad es cada vez más frecuente, con lo cual cualquier iniciativa se aplaude. Se trata de un problema que preocupa, que no está resuelto y que cualquier avance que podamos hacer o cualquier colaboración que podamos llevar a cabo va a resultar valiosa. Estoy satisfecha, porque el Grupo GENUD es muy potente en los aspectos epidemiológicos relacionados con la obesidad. En este caso, mi área al ser más clínica, detecta el riesgo de la población remitida para estudio porque existe ya un problema inicial. Por ello, en este sentido se trata de una población que está dispuesta a colaborar, en general. En relación al tema de la alimentación, hemos contribuido, por ejemplo, mostrando que la dieta mediterránea es un factor protector en el desarrollo de obesidad. En cuanto a la inactividad física, hemos hecho interesantes aportaciones en relación a la escasa actividad física que realiza la población infantil y adolescente, especialmente los niños más pequeños. Sobre el sedentarismo, hemos analizado la influencia que tiene el uso de la televisión, llegando a la conclusión de que es uno de los factores que más contribuye en el desarrollo de la obesidad.


5.- ¿En qué medida cree necesaria la implicación de las administraciones y también de las empresas, tanto públicas como privadas, para avanzar en el campo de la investigación científica relacionada con la nutrición en las etapas tempranas del crecimiento de una persona?

Es fundamental, porque es necesario dar continuidad a los grupos de investigación, para lo que es imprescindible, que exista una inversión económica, en primer lugar, que consolide el personal en el grupo de investigación y, en segundo lugar, para que se implemente el tratamiento y el seguimiento de estas poblaciones.


6.- ¿Cree imprescindible el trabajo multidisciplinar entre las distintas áreas que integran GENUD?

Desde hace años, Genud defiende ante la Administración Pública que la obesidad se trate desde una perspectiva multidisciplinar. Hay que entender que hay diferentes disciplinas médicas que deben integrarse en el desarrollo de estos trabajos, como psicólogos, especialistas en actividad física y, desde luego, diplomados en nutrición, que actualmente son los grandes perjudicados del Sistema Nacional de Salud.


7.- ¿Estamos hablando de la existencia de una dimensión transversal relacionada con la Alimentación y la Salud??

Existen muchas especialidades que confluyen en estudios, investigaciones o proyectos en los que participamos junto a otras sociedades científicas, como pueden ser profesionales diplomados en nutrición e, incluso, farmacéuticos. Esta circunstancia demuestra que el trabajo trasversal es clave, pero no solo entre las distintas disciplinas, sino también con la industria, en general.


8.- ¿En qué proyectos está trabajando actualmente de índole nacional o internacional?

Recientemente, hemos realizado un proyecto nacional, subvencionado por el Instituto de Salud Carlos III, en el que estudiamos el estado inflamatorio y oxidativo asociado y su relación con la obesidad y las complicaciones metabólicas en la obesidad infantil, con una muestra importante de niños de edades comprendidas entre 6 y 11 años. El valor de este proyecto ha sido su carácter multicéntrico, llevado a cabo con otros grupos de investigación españoles pertenecientes a la Universidad de Santiago de Compostela y la Universidad de Granada. Los resultados del mismo han permitido que iniciemos en el próximo año un proyecto subvencionado también por el Instituto Carlos III, llamado PUBMEP, en el cual vamos a analizar si la pubertad, que es una fase muy vulnerable en la vida de los niños por la existencia de riesgo metabólico, puede empeorar o mejorar este riesgo y si está relacionado con otros biomarcadores como pueden ser genéticos o metabólicos.

En el ámbito internacional, estamos colaborando en un estudio para ver cómo se puede prevenir la diabetes, a nivel europeo, en edad escolar. 

9.- Para finalizar, ¿Puede indicarnos cuáles son las metas u objetivos que desde su departamento, integrado en GENUD, tiene previsto desarrollar en el futuro en el campo de la nutrición infanto-juvenil?

Me gustaría implementar la identificación de población de riesgo metabólico desde etapas tempranas de la vida, iniciándolo probablemente desde el nacimiento, para intentar prevenir en ellos la obesidad y las complicaciones metabólicas. Asimismo, es necesario incrementar las medidas de educación nutricional en las poblaciones de riesgo y, desde luego, seguir participando en ensayos clínicos y nuevas estrategias terapéuticas, desde un punto de vista farmacológico e, incluso, dietético. Estamos abiertos a colaborar con laboratorios que quieran desarrollar productos que puedan mejorar el riesgo metabólico en las poblaciones infantiles proclives a padecerlo.